martes, 11 de septiembre de 2012

Sangre y palabras

Sangre y palabras.
No somos nada más que eso.

Por eso imagino que es inevitable que tras la sangre intentemos nombrar nuestros actos, encuadrarlos en una lógica de sentido.
Da igual, siempre hay algo que escapa.
También es inevitable que todas las palabras conduzcan a la sangre.
Nos laten las palabras en la sangre, recorren nuestro cuerpo, habitan nuestras venas.
Nos envenenan. Siempre. No olvidemos que hay venenos excesivamente dulces.

Ella habla.
Trata de apuntalar el mundo que cree roto sólo porque la voz de otro así se lo ha dicho.
La voz de ese otro es tan fría como ardiente es su ansia de que nada se escape por las junturas.
La voz de él hace que ella sangre.
Y brotan las palabras.
Destinadas a mecerle, a calmarle y, por tanto, destinadas a borrarla.
Pero no puede hacer otra cosa.

Mientras tanto yo vuelvo a ser el espectador inmovilizado. Condenado a no actuar, sino simplemente a esperar. Como si las palabras de ella y la voz del otro me llegaran en diferido. Como si el propio tiempo hubiera construido una barrera inamovible, como si me atenazara las muñecas y se diluyera en mis oídos.
La espera es ya el infierno.

¿Cuánto llevo esperando? Toda esta vida seguro, lo que no sé es si esa espera se extiende a vidas anteriores o se prolongará a las posteriores.
Espero.
Espero.
Espero.
A veces cae un beso, a veces cae un deseo.
Ambos siempre destinados a que no abandone la espera.
Espero.
Espero.
Y en la espera me licuo. No hay acto, salvo la inmovilidad de esperar.
No hay acto. No hay vida.

Nací abandonado, pero mis padres no lo sabían.
Me he encontrado y abandonado demasiadas veces.
El pequeño huequecito es ya un abismo insondable de llantos.
Si es lo quiero, si es lo que elijo, si es a lo que tiendo, entonces
¿por qué la sangre en las palabras de ella me hace sentir abandonado del todo?
¿Es esta la primera vez que lo experimento de verdad, o lo real ha llenado de sangre mi garganta?

Ella habla.
Trata de tallar en el lenguaje el lugar que siempre ha deseado y nunca le han dado.
Le habla. A pesar de la sangre, a pesar de la cáustica acidez de la mirada de él.
A pesar de la incredulidad y de la decepción que el otro dice sentir.
Ella habla.
Y no cede. Y no ceja.
Pero ella también tiene que pagar.
Ella habla y al hablar talla.
No sé muy bien si ella sabe lo que está cortando.

Y desde fuera veo que todo es sangre y palabras.
Y desde dentro mis palabras se han ahogado en la sangre.
Por fin.
Sólo silencio. Sólo color rojo.
Sin palabras no puede haber juicio.
Y sin juicio no puede haber acto.
Sin acto no puede haber vida humana.
Sin palabras sólo hay animalidad o muerte.
Allí me sitúo.
Allí me reflejo.

No poder juzgar si se es bueno o malo,
si hay buenos y malos,
sólo me deja el lugar de la mancha.
La voz del otro así me define,
la mirada de ella así me ve.
La mancha.
Quizá no buena o mala
pero siempre desagradable,
siempre rompiendo la armonía de lo limpio.

Soy una mancha de animalidad y muerte.
Y espero.
Sangre y palabras.
Sangre y palabras.

Que hable por mí la música.
Más claro, más profundo.

Two Gallants: Fly low carrion crow

(Traducción abajo)

Vuela bajo cuervo carroñero.
Toma mi cuerpo para la deuda que debo.
Lánzame fuerte a las profundidades de abajo.
Para las cosas que he visto mejor que nadie las sepa.

Estamos sólo tú y yo y mi cerebro enjaulado en las costillas.
Le sacábamos brillo al latón y desempolvábamos el dolor.
Y nos tumbábamos esperando como cadenas que aún no esclavizaran.
Y nos llamaban enfermos como si ellos estuvieran sanos.

Así que vuela bajo cuervo carroñero.
Y toma mi cuerpo para liberar mi alma.
Y lánzame fuerte a las profundidades de abajo.
Para las cosas que he visto mejor que nadie las sepa.

¿Y qué te digo de un amor tan atrevido?
Si se pudiera cantar una canción, ninguna palabra podría sostenerla.
Pero ahora quiero advertirte de un final predicho.
Y toda una vida entera esperando a la muerte abajo.

Así que vuela bajo cuervo carroñero.
Y toma mi cuerpo para que no viva más.
Y lánzame fuerte a las profundidades de abajo.
Para las cosas que he visto mejor que nadie las sepa.
Para las cosas que he visto mejor que nadie las sepa.
Para las cosas que he visto mejor que nadie las sepa.