domingo, 4 de abril de 2021

De rupturas y reencuentros


Infinito es el aura tenue

del cristal que se piensa esquirlas,

de la llama que será incendio,

del dolor anunciando su eco.

Infinito el temblor sincrónico

que nos quema a la vez por dentro.

Infinito el instante que ata

sin nosotros querer saberlo.


Inmortales heridas líquidas

del cariño apagado y yerto,

del crujido inicial del odio,

de la piel que recuerda el hielo.

Inmortal la utopía ardiente

que sangrando en el pecho llevo.

Inmortal el audaz intento

de querernos romper de nuevo.


Imborrable es la densa huella

del amor inventando el cuerpo,

de la pena que olvida su hambre,

de la brasa grabando su hueco.

Imborrable el poema trágico

que nos lanza a los dos al fuego.

Imborrables cenizas grises

que nos vuelven a unir de nuevo.



jueves, 1 de abril de 2021

Sobre la escritura y el amor

 I

Las muertes florecen deprisa

los días que anudo palabras.

El llanto se muere, se mueren

la angustia, los ríos de rabia,

los sustos, la voz del invierno

y a veces también la esperanza.


La luz se marchita despacio

los días que escojo el silencio.

El ansia deslumbra, deslumbran

el tacto, los márgenes lentos

del fuego, los rostros, la lluvia

y a veces también cada pérdida.


Soy preso de todo lo frágil

- calor, decepción y aleteo -. 

Las cosas que fácil se rompen,

dejándome mudo y confuso

- presencia, deseo y amor -, 

empujan a hablar a mis manos.


II

La paz cicatriza en los bordes

de heridas abiertas a tientas

por labios, tropiezos y estrellas.

Desbordan aullando a través

del alma los valles labrados

en sal, los aludes sin brújula

de todo el abismo que somos.

Si errar es el único abrazo

que damos a Dios siendo humanos,

hagámoslo juntos y libres,

caigamos igual que la noche,

callada y repleta de amantes.

Aprieta los dientes y salta,

fudámonos ya. Al final 

a un paso, tan sólo a un paso

del cielo espera el olvido.