miércoles, 5 de diciembre de 2012

Autorretrato

El ojo que llora trata de enterrarse bajo toneladas de palabras.
Y la voz se desliza densa y picante.
Trata de entrecortar el aire buscando la emoción apropiada, el lugar adecuado.
La disculpa es sólo la imagen de un escudo.

Si tan sólo supiera permitirme una pausa entre el odio y la grisura...

Pero están las palabras bajo las que mis ojos se entierran cuando hablan con lágrimas.
Las de mi padre, que me empequeñecen cuando tratan de impulsarme.
Las de mujer, que me ahogan cuando tratan de acariciarme.
Las de los libros, que me amarran cuando creo que pueden liberarme.

De rodillas he aceptado la tierra.
Busco mis huellas como el testimonio más veraz y más efímero
de mi propia existencia.

Las he abandonado y he sido abandonado por ellas.
Pero pude besar y ser besado.
Mis huellas en la tierra borradas por otros pies,
mis huellas en su piel, borradas por otros labios.

Soy una palabra, pero ojalá me acompañara la música.

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