miércoles, 9 de enero de 2008

Dulce inocencia infantil

Pobres infantes prepúberes que no saben lo que hacen.
Pobres menores de edad que deben ser protegidos y dejar sus errores sin castigo.
Pobres preadolescentes.
Pobres mientras golpean a un profesor 20 años mayor que ellos, pobres mientras vejan a sus compañeros en grupo, pobres mientras provocan, insultan, destrozan a la vez que sus padres les colman de atenciones y de regalos.
Pobres mientras humillan grabando sus animaladas en los móviles último modelo con que sus amantes progenitores han tenido a bien obsequiarles.

Esto no es serio. Es guasa, mofa y burla a nuestra inteligencia y a nuestro sentido de la justicia.
A partir de los 10 años puede considerarse a un niño MORALMENTE RESPONSABLE de sus actos (salvo deficiencia psíquica justificable).
Saben perfectamente lo que está bien y lo que está mal. Saben qué deben y que no deben hacer.
A no ser que no conozcan los límites y ahí es donde entran a jugar la mayoría de los padres modernos.
Queridos padres, si sois estúpidos, dejad de engendrar perversos polimorfos. A un niño no se le educa delante de la tele, no se le educa delante de una consola. Un niño precisa de atención continuada, de educación las 24 horas del día en temas tan importantes como el respeto, como el aplazamiento de lo que se desea, como el empleo del lenguaje adecuado en vez de los puños... Por eso un niño cambia la vida.
Si no sois capaces de eso, usad condón, haceos la vasectomía o la ligadura de trompas, abortad, pero no nos carguéis al resto con el producto de vuestra irresponsabilidad y, por favor, no tengáis los santos redaños de solicitar ayudas sociales porque vuestro hijo/a os salga rebelde, drogadicto, delincuente o psicopático.
Queridos gobernantes, un niño necesita saber que sus malos actos serán VERDADERAMENTE castigados. Es verdad que no hay que condenarles a trabajos forzados, pero destrozar el alma, la autoestima y la vida de otros niños y adultos debería saldarse con algo más que con nada.

Por cierto, darle una bofetada a un niño si es proporcional a lo que ha hecho y justo después de hacerlo (no 2 horas después) e informándole de por qué se le da, ayuda bastante.
No hago apología del castigo infantil, hay que evitarlo siempre que se pueda, pero cuando las circunstancias lo exijan NO ES MALO.

La música manda:

None of Us Are Free (Solomon Burke)
O Cessate di Piagarmi (Scarlatti)
Music For a Nurse (Oceansize)

Más libros, más libres:

Vacas, cerdos, guerras y brujas (Marvin Harris)

2 comentarios:

Apostol dijo...

Estoy de acuerdo. Ya deberíamos estar hartos todos de tanto delincuente juvenil. Suena poco progre, pero la famosa "hostia a tiempo" puede evitar que un crío acabe drogadicto, delincuente, maltratador... Y mira, mejor 5 minutos de lágrimas de un crío que una vida entera causando dolor a otras personas.

Un saludo y arroz con leche!

Desplegando alas dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.