domingo, 1 de febrero de 2009

Polémico, muy polémico

Nos venden una cara de la moneda y nos la tragamos con una sonrisa expresada en una ira coja y manca. Quizá nosotros sólo queremos ver una versión de los hechos porque es más fácil juzgar si sólo tenemos una parte del todo, porque lo fácil es parcializar.
Y ahí está el padre de esa niña de Huelva llorando por una justicia que para él no es suficiente. Y ahí están los medios de comunicación difundiendo la noticia sólo desde un punto de vista. Pobre hombre que ha perdido a su hija, que no obtiene justicia, que el juez dejó al asesino libre. Eso es intolerable y hay que tomar medidas porque el padre se lo merece, porque la familia se lo merece. Así que multamos al juez, pero eso no es suficiente, tenemos que destituirle, pero eso tampoco es suficiente porque hay que enviarle a prisión, él es tan criminal como el asesino. A por él, a por él. Y manifestaciones y gritos de una sociedad parcializada que el gobierno recibe con los brazos abiertos. El cadáver de una niña es una excusa perfecta para desviar la atención de los problemas que realmente tiene que resolver el poder legislativo, así que interfiere en las funciones del poder judicial poniendo a la constitución contra el suelo y violándola hasta sangrar. Y el pobre padre se hincha de rabia porque aún no es suficiente.
Y nunca lo será ¿Hay algo que este mundo, que la gente de un país pueda hacer para que ese hombre expíe su parte de responsabilidad? No, nada, nunca.
Porque por otro lado están hechos y circunstancias que dulcemente se obvian. ¿Qué pasa con el contexto del juez? Trabajando al triple de su obligación y su capacidad, intentando desahogar un sistema burocrático sepultado en causas pendientes que no se resuelven por falta de recursos, porque el poder legislativo no aporta los medios, pero interfiere donde no ha de hacerlo. Y ese juez comete un error, así que hay que despojarle de todo por ello, hay que multarle, inhabilitarle y llevarle a prisión por trabajar tres veces más, por cometer un error producto probable de la fatiga.
Y por otro lado está el hecho aplastante, doloroso y convenientemente ignorado de que el padre, la madre, la familia, las figuras encargadas en primera instancia de la seguridad de la niña, consienten en que ella con 5 años salga a la calle sola a comprar caramelos, da igual que la tienda estuviera cruzando la calle, como si está a tres metros en el portal de al lado. Pero eso no se dice porque ya bastante dolor están soportando.
No se trata de culpar a nadie, ni de juzgar a nadie. Pero la responsabilidad ha de estar donde corresponde, en el grado que corresponda según a quién corresponda. Basta de parcialismos, ¿por qué nos dejamos llevar como peleles, por qué no pensamos en la otra versión, tanto trabajo cuesta, tan primitivos somos aún?
Y ahí está la violencia de género. Las estadísticas de mujeres maltratadas que mueren a manos de los desalmados de sus maridos/parejas/novios/amigos. Y ahí están de nuevo los medios de comunicación llenando la información de sucesos que no hacen más que incrementar nuestro sesgo de representatividad (como hoy han habido tres noticias de mujeres maltratadas y ayer dos, seguro que está pasando en todos los hogares a todas horas), y ahí está de nuevo el gobierno con otro asunto que puede utilizar para desviar nuestra atención, y redacta una ley "modelo en Europa" donde ante el maltratador tolerancia cero, pero ¿y si es la mujer la que maltrata? silencio largo para luego remitir a las estadísticas, pero ¿y si la mujer miente y denuncia por interés y entonces privamos de libertad a una persona que no ha hecho nada sin que haya pruebas fehacientes? silencio incómodo para luego remitir a las estadísticas, pero ¿y si es uno de los muchos casos en los que la mujer vuelve con su pareja por octava vez después de siete veces en que el hombre casi la mata, o si la mujer vuelve con otro hombre del mismo perfil que los maltratadores con los que ha estado anteriormente? Silencio interminable que no se puede rellenar con estadísticas ni con excusas porque no se sabe, no se entiende. De hecho, juraría que no se quiere entender.
Otra vez un solo punto de vista, otra vez una imagen parcializada de la realidad. Sólo nos muestran el final de una vida, un acto que se repite, una conducta que es reiterativa. Está claro quién es el culpable, pero ¿tan claro está quién es el responsable? ¿Es que todas las mujeres tienen tan alterada su capacidad de juicio y decisión? Quizá se nos olvida un hecho clave. Es una pareja. Para el sentido común habría de ser evidente que la dinámica de actuación de una pareja es totalmente diferente que la dinámica de una persona en solitario. Sin embargo, no lo vemos, no lo pensamos, no queremos comprenderlo.
¿Tan políticamente incorrecto es que las personas asuman su parte de responsabilidad en su propia vida?
Ese miedo a asumir nuestra propia responsabilidad en nuestra propia vida podría explicar la ira inagotable del padre al que arrebataron su hija, podría explicar que las cifras de maltrato se mantengan o incluso se incrementen a pesar de las leyes gubernamentales, podría explicar que queramos fármacos y pastillas para aliviar nuestra angustia en vez de encararla, podría explicar nuestra ansia de prejuzgar, de ser absolutamente parciales.
Sí, podría explicarlo, pero desde luego, no podría cambiarlo.
Eso tenemos que hacerlo nosotros. Mierda, creo que para eso también necesitamos asumir responsabilidad.
Y ahí tenemos otro de los millones de círculos viciosos en los que nosotros mismos nos encerramos para evitar.
Siempre evitar. Si se trata de eso, ¿por qué no aceleramos el proceso suicidándonos? ¿Tan cobardes somos? o, peor aún ¿tan vagos, perezosos e hipócritas somos?
¿En qué nos estamos convirtiendo?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tienes mucha razón... coincido en que los políticos aprovechan situaciones de este tipo para desviar el interés... y la masa frustrada quiere muchs veces un chivo expiatorio... mira, al menos en el caso del juez decano de Barcelona y su mujer... se ha puesto de manifiesto que ellas tambien maltratan y ponen denuncias falsas... porque una no puede autodenominarse víctima cuando la agresión es mutua.

Además es cierto que la ley es quizá mas perjudicial que beneficiosa porque el numero de muertes es prácticamente el mismo que desde su promulgacion (se puede consultar en la web del ministerio de igualdad) pero nadie alude a las estadisticas de hombres denunciados falsamente.

Quizá debieramos tener una vision de 360º y no tan sesgada y tan cómoda como la que tenemos.

Un saludo.