miércoles, 28 de agosto de 2019

Destrozos

I

En esta soledad de gasolina
he llegado a confundir espera
con esperanza.
En esta soledad de queroseno
no entiendo cómo mi cuerpo
permanece entero
si siento que algo no cesa
de arrancarse sin anestesia.
En esta soledad de benceno
que me empapa la vida
veo como está cayendo la chispa
que me convertirá en un infierno
de fantasías calcinadas
y carne carbonizada.

II

De sus palabras he construido mi mentira.
Aunque sus actos me chillaran a la cara
la verdad del asunto,
he preferido vivir engañado.
Durante años.
Es terrible cuando se revela que basta una idea
para joderte la vida, para matarte el tiempo.
¿Pero qué pensaba que era el amor?
¿Por qué me he aferrado a que el amor
se encarna en la presencia de alguien?
Ella no tiene la culpa, aunque quiera creer que sí.
La culpa es mía, de mi familia, que me metió
en las entrañas esta idea del amor que a la larga
me ha asesinado,
esta idea que he preferido defender con espejismos
en vez de aprender que no hay el amor
sino amores.
No aprendo jamás que el amor o muere o te mata.

III

Desde pequeño el mundo de los otros,
el que existe fuera de la casa,
me ha mostrado que mi lugar está en ser
la última opción.
La última opción a quien elegir en el equipo
de fútbol, la última opción para quedar,
para recurrir, para besar.
Eso no ha cambiado y no cambiará jamás.
Cristo decía que los últimos serán los primeros
en alcanzar el reino de los cielos.
Tenía toda la razón, porque ahora sé que los últimos
son siempre los primeros en morir.

IV

Había alquitrán en la playa a la que iba de niño,
parasitaba el agua y formaba manchas en la arena.
Recuerdo que se me pegaba en la piel
y mi madre rápidamente lo limpiaba con saña,
trataba de mantenerme limpio, quizá puro.
Pero yo ya era de alquitrán,
oscuro, denso, maloliente, un desecho.
Nadie ama el alquitrán.

V

Tengo vocación de suicida,
pero sólo porque el suicidio me llama.
Si el suicidio tiene mi nombre,
¿qué es esta extraña espera
que los demás denominan vida?
Tengo vocación de suicida,
pero sólo porque únicamente
me han movido utopías,
que sólo es un bonito nombre
para definir a las mentiras.

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