miércoles, 20 de febrero de 2008

Pensamientos IV

Dulce, malsana y bienhallada inseguridad.
Destroza por dentro y a la vez te hace sentir vivo, demasiado quizá.

Tu pasado te arrastra hacia un presente tan inestable que el futuro no puede ser nada más que un espejo frente a otro.
Aún intento asimilar no ya el sentido de la vida, sino que estoy inmerso en ella.
Solo soy sangre, agua y entrañas que toma decisiones, que lucha contra sus consecuencias, que intenta no estar definido únicamente por circunstancias.

Toda elección supone siempre una ganancia y una pérdida, las más difíciles de tomar son aquellas que no conllevan una pérdida para ti, sino para otros.
Acepta eso y serás un desalmado, acepta eso y serás un egoísta, acepta eso y seguirás sin tener nada claro, pero al menos serás moralmente consecuente.
Aunque, bien mirado, puede que no importe en exceso.

Salir, huir, aullar, reventar, enfrentarse, enloquecer, cualquier opción es válida.
No tengo ninguna doctrina que impartir ni tampoco ningún auditorio que me escuche, siempre fui demasiado simple, demasiado pueril.
No aprendí nada, no supe notar ni aprovechar el momento. Fui un lamento sostenido en la garganta de la angustia y soy los restos de impulsividad delirante del último deseo del niño que al segundo siguiente deja detrás la infancia.

AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Como dijo Daniel: "Siempre seremos más humanos de lo que desearíamos ser"

La música manda, hoy monotemático:

The Piper never dies (Edguy)
Wasted Time (Edguy)
The Pharaoh (Edguy)

Más libros, más libres:

La Ilíada (Homero)

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