domingo, 8 de noviembre de 2009

Frente al lago de alquitrán

Frente al lago de alquitrán encontró a la muerte.
Estaba encogida en un ovillo, asustada, tratando de esconderse.
Antes no se hubiera imaginado que la muerte pudiera sentir miedo de algo.
Y la desesperación cambió su roce por el de la compasión.

Frente al lago de alquitrán le preguntó a la muerte,
"¿De qué tienes miedo?"
La muerte le miró con ojos que han de ver del final de todo.
Entonces lo supo.

"Jamás me imaginé que la muerte temiera a los suicidas"

Frente al lago de alquitrán le hizo comprender la muerte
que el suicida no la busca a ella, sino a la vida,
y que ella no podía soportar la decepción
de entregar únicamente un paisaje inerte.

"No te preocupes", la consuela el suicida.
"No puedo dejar de ver la primavera en tu rostro
desolado. No puedo dejar de ver en tu cuerpo
consumido mi lenguaje. Tú oscuridad siendo el final
es el principio.
Ya le dijo la emperatriz infantil a Bastián que todos
los principios son oscuros"

Frente al lago de alquitrán la muerte
entendió que el que busca la muerte
sólo quiere la vida que la vida le negó
con una muerte viva, que no se controla,
que es vivir muerto cuando el único momento
que importa es morir estando vivo.

Frente al lago de alquitrán la muerte
y el suicida se conocieron al fin.
Frente al lago de alquitrán la muerte
supo que podía dar la vida.
Que era lo único que siempre había hecho
frente al lago de alquitrán.

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